Ha llegado a mis manos un librito delicioso de la editorial portuguesa Quasi Ediçöes, de su colección (Em Nome da Terra), queno tiene desperdicio. Es una reedición de un libro del genial diplomático y escritor portugués José María Eça de Queiros titulado (Adao e Eva no Paraíso).

Ciertamente su autor es uno de los componentes del primer fenómeno generacional que se produjo en la literatura ibérica, la Generación del 70 en Portugal, en la que estuvieron entre otros Jaime Batalha Reis, Oliveira Martins y Antero de Quental, y que se manifestaron a través de las (Conferencias Democráticas) del Casino de Lisboa. Eça de Queiros fue un autor prolífico que en el espacio de 29 años escribió una enorme cantidad de obras, siendo un gran número de ellas publicadas tras su muerte, acontecida en 1900, a pocos meses de cumplir 45 años.

Como ocurrecon casi todos los fenómenos culturales portugueses, la obra de Eça de Queiros es escasamente conocida en España, a pesar de su calidad, si bien Valle Inclán y Wenceslao Fernández Flores fueron dos grandes conocedores y traductores al español de sus obras. A los 30 años comienza una vida itinerante como diplomático que le lleva a Paris en 1888 como Cónsul de Portugal, y allíterminaría sus días. Su obra más conocida quizá sea (Los Maia) , novela en la que se narra la decadencia de un familia de la alta sociedad portuguesa, personificada en el abuelo, Alfonso, y el nieto, Carlos, con una majestuosa descripción de la vida y vicios de aquellas grandes familias, y en la que, por cierto, un episodio determinante es la pretensión de Carlos, el nieto y principal protagonista, de casarse con María, resultándole imposible tal propósito al enterarse que ella es su hermana, algo semejante a cierto episodio ocurrido en la alta sociedad de la Españade la posguerra que ha sido el tema de la novela de Nieves Herrero recién publicada bajo el título de (Lo que escondían sus ojos). Pero de su pluma saldrán también sus (Cuentos), (El Diccionario de los Milagros), (El Crimen del Padre Amaro), (Las Minas de Salomón) ,)Cartas familiares y notas desde París), (El Conde de Abraños) y un largo etcétera… producción que denota una portentosa imaginación creativa y una enorme capacidad de trabajo.

Pero al libro al que me refiero hoy, que también se encuentra publicado en español desde el año 2011 (Adán y Eva en el Paraíso, Editorial Periférica), es algo fuera de lo común de principio a fin. En efecto, acogiéndose a la teoría contenida en una obra titulada (Los Anales del Mundo) , del obispo anglicano James Ussher, Arzobispo de Armagh, Irlanda del Norte, también conocido por su nombre latinizado, Jacobus Usserius, Eça de Queiros comienza su obra diciendo: ( Adán, Padre de todos los hombres, fue creado el 28 de octubre a las dos de la tarde…) ¡Buen comienzo, sin lugar a dudas!, y es cierto que Usserius estableció en sus (Anales del Mundo), publicado el año 1650, que el mundo fue creado por Dios el día 22 de octubre del año 4004 antes de Cristo, que era sábado, cuando estaba anocheciendo, y que el hombre es puesto en el mundo por el Creador el 28 de octubre, viernes, a las dos de la tarde de ese mismo año, siendo expulsado del Paraíso, junto a Eva, el lunes 10 de noviembre.

No deja de tener la cosa enjundia pues el bueno del obispo Usserius mantenía que sus conclusiones se derivaban de un exhaustivo y profundo estudio de los textos bíblicos, aunque nadie ha sido capaz, hasta la fecha, de averiguar cuáles fueron los criterios que el buen clérigo siguió para llegar a sus rigurosas dataciones ni de donde le pudo venir la inspiración para alcanzar tamaña exactitud. Y claro, sentado tal principio científico, que debió conocer Eça de Queiros durante su estancia como diplomático en tierras británicas, el autor conjuga los factores de lo que hoy se denominan posturas generacionistas y posiciones creacionistas, con audaz y aguda ironía.

Así, el Adán de nuestro autor lo que realiza efectivamente ese 28 de octubre es ponerse de pie, bajando de un árbol, es un simio que se yergue por primera vez y que pasa por una estancia en el Paraíso nada cómoda, pues convive con especies primitivas de animales que se iban extinguiendo pero que eran terroríficos. Niega Eça de que nuestro Adán fuese un erudito de tal grado que pudiese dar nombre a todos los animales de la creación por mucho que Dios se lo encomendara, y nos presenta a una Eva que no es sino una semejante del macho pero con atributos femeninos.

En esta deliciosa obrita, nuestra pareja de Primeros Padres van descubriendo el pedernal, la lanza, la caza, el fuego…los sentimientos y razona como era de espantosa la vida en aquel Paraíso, poniendo en evidencia que fue de agradecer que comieran la famosa manzana. ¡Es más!: lo único que evidencia Eça de Queiros de los textos orientalistas del Génesis como una gran verdad es que el célebre ángel `provisto de su espada flamígera existió, pues sin su presencia junto a Adán y posteriormente junto a la pareja, no habría podido sobrevivir a los sustos y amenazas que les acechaban en cada rincón del famoso Paraíso.